Dios siempre me está enseñando a confiar que él proveerá. A veces lo aprendo a través de una amiga mía; ella es una mujer india que vive en la república del Congo. Tiene cinco niños y un nivel de vida muy pobre. Su esposo está encarcelado en Dubai.
Su fe es sencilla y a la vez increíble. Ella confía que Dios proveerá "todo" lo que necesita; literalmente TODO.
En el Congo, las veredas se vacian alrededor de las 6:00 de la tarde, y la gente se queda dentro de las casas. Es durante ese tiempo que esa amiga ora y les enseña a sus hijos sobre el poder proveedor de Dios.
Una noche compartió que el dolor de su ulcera estomacal era muy fuerte. También mencionó que el helado era algo que podía calmar un poco ese dolor. Pero la familia no tenía dinero para comprar helado, aunque las tiendas estuvieran abiertas. Además, ¡Encontrar hlado en la tienda es todo un desafío!
Uno de sus hijos le preguntó qué podría hacer. mi amiga le contestó: "vamos a orar por mi estómago y que Dios provea lo que necesito" Su niño de seis años comenzó a orar intensamente por un helado. Diez minutos más tarde, sonó el teléfono. Una vecina llamaba para decir que le había sobrado bastante helado de una fiesta, y quería saber si ellos podían usarlo.
Mi amiga cantó "Aleluya" y le dijo a su vecina, que no era cristiana, que el helado era una respuesta directa a su oración. Por teléfono, le contó la historia de cómo Dios provee par su familia aún en cosas tan simples como un helado.
Debbie, África del sur.
"Pero el Señor me ha dicho: mi amor es todo lo que necesitas, pues mi poder se muestra mejor en los débiles. Así que me alegro de ser débil, para que en mí se muestre el poder de Cristo" 2Co 12:9